El problema que entraña esta aplicación es grande, hoy en día el ordenador ha pasado a ser uno de los principales protagonistas de nuestra vida diaria y por ello necesitamos nuestros pequeños momentos de intimidad y aplicaciones cómo esta no ayudan en nada.

Todos tenemos secretos y en el caso de que utilizemos a menudo el ordenador nuestro navegador también posee estos secretos, pero dentro de poco hablaremos de que Google es el que posee todos nuestros pequeños secretos.

Sin duda alguna parece una herramienta “camuflada”, por una parte ofrece un servicio atractivo para el usuario pero su verdadero fin es tener un control absoluto de los usuarios.

Todos tenemos secretos que no queremos que nadie sepa y que pensamos que se irán borrando con el tiempo, con Google hay algunos secretos que nunca se borrán ya que sus rastreadores pueden llegar a aglutinar toda la información de tí que haya disponible en la red.

Esto es lo que le ha pasado recientemiente a un subdirector de un colegio …

Imagine que le condenan a los 18 años por robo, por conducir bebido, por una pelea, por tráfico de drogas o por cualquier otro delito. Si el Gobierno le indulta, se publicará en el Boletín Oficial del Estado -porque así lo dictamina una ley decimonónica que jamás imaginó que existiría Internet, ni la versión electrónica del BOE-. En ese momento se alegrará mucho del perdón del Gobierno, pero años después puede que ese indulto se convierta en una pesadilla: aunque gane el Premio Nobel y escriba 35 libros sobre neurocirugía, seguirá apareciendo su delito en Internet. ¿Tiene derecho el afectado a pedir que esos datos no sean rastreados por el buscador? Sí, siempre y cuando la información no sea de interés general, un hecho noticioso, y cuando exista un “motivo fundado”, como el respeto a la dignidad y el derecho al honor. La Agencia de Protección de Datos ha dado la razón, por primera vez, a un ciudadano que así lo ha solicitado. El caso es el siguiente: a un subdirector de colegio le ponen una multa por orinar en la calle. La sanción no se puede notificar en persona y se publica en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP), en papel y en el formato electrónico. Los robots de Google encuentran la información y, cada vez que los alumnos meten el nombre de su subdirector, allí aparece lo que hizo un buen día de 2006.

Fuente: El País

Finalmente la sentencia fue favorable al ciudadano…

“Cabe proclamar que ningún ciudadano que ni goce de la condición de personaje público ni sea objeto de hecho noticiable de relevancia pública tiene que resignarse a soportar que sus datos de carácter personal circulen por la Red sin poder reaccionar ni corregir la inclusión ilegítima de los mismos”, dice la resolución, que concluye instando a Google a “que adopte las medidas necesarias para retirar los datos de su índice e imposibilite el acceso futuro a los mismos”.

Cada vez este tipo de casos van a ser más comunes y es que hoy en día… ¿Quién no ha “googleado” el nombre de un conocido? Yo particularmente cada vez que conozco a alguien en el ámbito laboral lo primero que hago es escribir su nombre en el buscador para ver que ha hecho a lo largo de su vida, he de decir que la gran mayoría de las veces encuentro suficiente información.

Por lo tanto si tenemos algún dato oscuro en nuestro pasado y por cualquier motivo Google lo encuentra se puede convertir en una condena perpetua.